Así ha sido el impacto de la pandemia del Covid-19 en la discapacidad
El estudio ‘El impacto de la pandemia Covid-19 en la discapacidad‘ revela que las necesidades del 33,5% de las personas con discapacidad no fueron cubiertas.
La pandemia del Covid-19 nos cambió la vida. Eso es una realidad. Otra realidad es que las personas con discapacidad fueron de las más discriminadas en este sentido. Ahora, un estudio, recoge que el 66,5% de las personas con discapacidad asegura haber necesitado alguna prestación social o servicio durante la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, las necesidades del 33,5% de las personas con algún tipo de discapacidad no fueron cubiertas. Además, una de cada dos personas menor de 16 años y el 45% de aquellas que tienen 65 o más años, no recibieron en su totalidad los servicios necesitados durante la crisis sanitaria.
Así lo pone de manifiesto el estudio sobre ‘El impacto de la pandemia Covid-19 en la discapacidad’. Dicha investigación ha sido elaborada por la Dirección General de Derechos de las personas con Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. En este trabajo se analiza las consecuencias de la crisis sanitaria del Covid-19 en la población con discapacidad.
Según el estudio, basado en más de 4.300 encuestas realizadas a personas con discapacidad y sus familias entre junio y octubre de 2020, tres de cada cuatro personas con necesidades no cubiertas ha aumentado la ayuda por parte de la familia o las personas cercanas (78,5%), su calidad de vida ha empeorado (76,4%) y ha perdido autonomía (74,1%).
Empeora el estado de ánimo y la salud física y mental de las personas con discapacidad
Además, siete de cada diez declaran que su estado de ánimo ha empeorado (70,2%) y cerca del 65% señala que su estado de salud física y mental empeoró por la falta de los servicios que necesitaban. También seis de cada diez no recibe o no puede utilizar los mismos servicios o prestaciones sociales que antes. Estos resultados ponen de relieve que un 51% de los encuestados pida un aumento de los profesionales y un 26% más ayudas económicas.
Con respecto al empleo, el estudio revela que tras seis meses desde el comienzo de la pandemia, el 38,4% ha mantenido el empleo que tenía con anterioridad, aunque el 4,7% pasó a situación de ERTE. Y el 12,9% de los participantes ha perdido el trabajo que tenía durante los últimos meses.
Como consecuencia, la mayoría de las personas con discapacidad trabajadoras afirma que sus condiciones laborales se han mantenido sin cambios. Sin embargo, consideran que la carga de trabajo ha aumentado (26,7%), trabajan más horas que antes (16,5%) y su salario mensual se ha visto reducido (19,9%).
Además, la situación vivida y el confinamiento no ha tenido un impacto positivo en el bienestar psicosocial de las personas trabajadoras y, principalmente, ha afectado a su estado anímico (44,9%) y mental (43,7%).
Entre las propuestas que mencionan, un 39,8% pide medidas de apoyo a empresas para contratar a personas con discapacidad, un 34,4% reclama cambiar las leyes para proteger a las personas con discapacidad en el ámbito del empleo y un 24,5% quiere que se impulsen oposiciones y contrataciones en las administraciones públicas.
Un 20% no pudo seguir las clases en casa
En el ámbito de la educación, el estudio desvela que al 79,5% de las personas con discapacidad estudiantes de más de 6 años, su centro educativo les posibilitó seguir las clases y estudios desde casa. Por el contrario, el restante 20% no tuvo ese respaldo. Así, la gran mayoría de los estudiantes con discapacidad que ha continuado sus estudios realizan una valoración positiva del apoyo ofrecido desde el centro de estudios o centro de formación (70,3%).
Según los encuestados, el método para continuar los estudios ha sido: envío de apuntes, ejercicios y tareas por correo electrónico (72,9%), comunicación por teléfono o videollamada (62,4%) y clases virtuales (62%).
Del mismo modo, seis de cada diez estudiantes consideran que las medidas de seguridad y protección adoptadas por el centro frente al COVID son las necesarias (67,5%) y se sienten seguros y protegidos en el centro (65,8%).
Si bien, para el 27,6% de los participantes les ha resultado bastante difícil la educación durante la pandemia y el 4,3% afirma que le ha sido imposible seguir el curso con los materiales, la tecnología y los dispositivos disponibles en el hogar. En este sentido, el 16% del alumnado no tenía ordenador o no podía utilizarlo y el 8,4% no disponía de Internet o tenía problemas de conexión. Asimismo, cerca de la mitad del alumnado reconoce que estudiar desde casa ha afectado a su concentración y a sus calificaciones (48,1%).
Por todo ello, el 45,2% pide más profesores, un 16,3% más inversión en materiales adaptados, un 14,1% más ayudas a los Centros de Educación Especial y un 11% medidas para proporcionar información accesible sobre el COVID a personas con discapacidad.
Una atención médica peor
Con respecto a la salud, el 49,9% de los encuestados asegura que las consultas que tenían no fueron realizadas, bien porque se retrasaron, se atendieron por teléfono o directamente fueron anuladas.
No obstante, el 62,3% ha necesitado atención sanitaria y el 70,1% de estos considera que la atención ha sido peor o mucho peor que la recibida anteriormente. De hecho, un 35,7% considera que las personas con discapacidad han tenido dificultades para recibir atención médica por su discapacidad.
De este modo, el 68,1% apunta que la situación vivida por el coronavirus ha tenido un efecto negativo o muy negativo para su salud y bienestar: más de la mitad considera que su estado de ánimo (52,3%), su calidad de vida (47,7%) y su estado de salud mental (47%) han empeorado, y el 59,9% reconoce que ha estado con más nervios e intranquilidad que habitualmente.
Entre las demandas de los participantes, destacan: más profesionales de la salud (40,7%), ayudas que faciliten la comunicación con el personal sanitario (22,7%), asegurar servicios de terapia y rehabilitación (22,1%) e igualdad de trato en atención médica (15,7%).
Discriminación en el espacio público
El estudio también pregunta a las personas con discapacidad sobre si han visto vulnerados sus derechos básicos durante el confinamiento. Según los resultados, el 69,4% ha realizado salidas terapéuticas, pero el 14,5% no ha podido salir a la calle acompañado de otra persona; el 7,7% recuerda que en alguna ocasión le paró la policía y le pidieron el certificado de discapacidad o informe médico; el 6,4% ha sido insultado o le han gritado por haber salido a la calle; y el 5,4% ha llevado un brazalete u otra señal para indicar que era una persona con discapacidad.
Así las cosas, aunque el 42,4% dice que no se ha sentido discriminado, un 11,5% señala que ha sentido discriminación para recibir prestaciones y ayudas económicas; un 9,9% sintió discriminación en la atención y tratamientos médicos; y un 9,5% en el espacio público así como para conseguir o mantener un empleo. Además, un 8,5% se sintió discriminado a la hora de poder estudiar o seguir estudiando y un 6,8% en el acceso a la información y las nuevas tecnologías.
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FUENTE: SERVICIO INFORMACION SOBRE LA DISCAPACIDAD